11 nov 2010

¿Cómo afecta la crisis económica las relaciones de género?

Sobre el presente y el futuro, hablaron Rawwida Baksh –IDRC, Canadá-, Marina Subirats –Univ.Autónoma de Barcelona-, Rosalba Todaro -Cem, Chile- y Ana María Fernández ´-Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires con la moderación de Francisco Cos-Montiel, también del IDRC.

Rawwida Paksh se refirió a las diferentes crisis que no son sólo la económica porque también están allí la del combustible, la de cambio climático y la de los valores. “Están en la raíz misma del sistema modificando las metas que paga el desarrollo humano”. Se refirió también a los beneficios de las empresas, a los bonos obscenos y a las políticas neoliberales que debilitaron los derechos del trabajo y acentuaron la brecha. Agregó que la crisis financiera se suma a las crisis arraigadas, y como muestra mencionó el uso de la tierra para biocombustibles que crea escasez de cereales con el consecuente aumento de los alimentos.

¿Pero qué pasa entonces con el género? Todo influye: Geografía, nacionalidad, empleo, etnia, edad, educación… persisten inequidades y la pérdida de trabajo acentúa los males. “Debemos restaurar el crecimiento, el progreso real no es sinónimo de modernización. A veces es una burbuja que permea hacia abajo. Necesitamos una banca y unas finanzas útiles a nivel social y microfinanzas para las mujeres. Pero también regulación de la banca, crear bancos con otro criterio, créditos subsidiados a pequeñas agricultoras y experiencias fiscales con gasto público equitativo”.

En la gobernanza económica concluye Rawwida, el desafío es cómo realizar un cambio drástico sobre los sistemas. “Si se regularan, las consecuencias serian diferentes. Si se incorporara a mujeres en toma de decisiones, la realidad sería diferente”.

La filósofa Marina Subirats, prefiere empezar por el final para no quedarse sin tiempo Habla de cómo el feminismo nos ha sostenido, alimentado, seguir pensando y nos ha dado esperanza sobre que el futuro de la humanidad será mejor que el que hemos conocido.

Dice que ya tiene bastante recorrido vital para saber cómo a las mujeres se nos olvida siempre: “Primero pensamos que nos habían olvidado porque en el pasado no habían podido hacer nada porque estaban tan ocupadas pariendo y cuidando que no tuvieron tiempo de escribir ni de pensar. Pero luego me he dado cuenta de que hemos conocido mujeres extraordinarias que han pensado, que han escrito, que han hecho y que han muerto, y las olvidamos también. Y eso me aterrorizó, porque me di cuenta que la memoria de lo que hacemos las mujeres es tan sumamente frágil que es que cada vez hay que volver a empezar y una nueva generación tiene que volver a descubrir, a pensar, a empezar”.

Por eso propone la consolidación de la memoria de las mujeres como estrategia: la memoria individual, con nombres propios y también la colectiva. Si no hacemos esto estaremos repitiendo siempre los mismos errores y volveremos a foja cero. Propone también un ejercicio de la imaginación: pensarnos diosas, con todos los atributos y posibilidades que eso supone, y empezar a caminar en el sentido de nuestros mayores sueños.

La economista Rosalba Todaro habla de la crisis como oportunidad, en la medida en que desnuda lo que hay que ver. Se pregunta cuántas crisis se han sucedido -no sabe si han sido 150 o 300- y que es necesario diferenciar las que responden a cambios de época de las que son fluctuaciones dentro de un cierto modo de regulación de la economía: “No hablo de bancos y comercio sino de diferenciar distintos niveles y de qué manera ambigua se habla de impacto de género. Cómo afecta a mujeres y hombres la economía, cómo impactan las relaciones de género y sin embargo, no cambia el ordenamiento social y económico”.

Dice que hemos avanzado mucho pero se pregunta qué significan realmente los cambios y dónde estamos hoy. Habla del ¨fordismo¨ como orden social, económico y de género: El régimen de bienestar tenía sustento en el hombre proveedor y la mujer cuidadora, ideas que organizaban la relación producción-reproducción. “La crisis financiera y productiva es también de cuidado y de organización del tiempo de las mujeres. Al reestructurarse en los 80 con un nuevo orden mundial con crisis de globalización, la organización del trabajo da lugar a un ajuste fiscal, a la privatización del cuidado y al crecimiento de la pobreza: hay una crisis de los cuidados porque crece la tendencia a la participación en el trabajo y la tendencia de suplir la crisis con el trabajo de las mujeres”.

Todaro dice quedarse sin palabras para hablar de la crisis actual que tiene que ver con el crecimiento basado en burbujas que explotan y otras que surgen porque los excedentes buscan inversiones más rentables. Entonces, termina siendo como el juego de la escoba o de la silla: alguien se queda afuera y no sabe como sucedió. Por eso, dice que hay que tener una alerta de las resignificaciones y cuidarse “del progresismo conservador” o del “gatopardismo” que dice que algo debe cambiar para que todo siga igual.

Por último, la psicóloga Ana María Fernández rescata conceptos e ideas de lo dicho y provoca con algunas afirmaciones políticas, filosóficas y domésticas, que ponen humor y agitan la sala. Un buen recurso para dejar por un rato el ámbito de las ideas, y pasar al diálogo y al café.

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